domingo, 31 de mayo de 2015
Desahogos.
Hay momentos en que es duro hablar,
plantar cara a la penosa realidad
y al mismo tiempo evitar el recuerdo
de tantos silencios,
de tanta maldad disfrazada de ingenuidad,
sacar de una vez la careta
tras tantos días de lucha en soledad.
Es difícil expresarse,
cuando quien te oye realmente no escucha,
y solo planea esconder tras una lágrima,
siempre fingida, o entre palabras vacías
el triste prólogo de una verdad a medias.
Es duro hablar, pero hoy, por fin, dejé de callar.
Una osadía incontrolada jugó a mi favor,
acabó la trágica pero necesaria batalla, y ahora,
vencedor y vencido siento
que conservo mi alma intacta,
que aún existe un aire limpio, puro y sincero
para seguir respirando.
No más concesiones, no más dudas,
mientras conserve mi juicio
no más privilegios, ni vacilaciones
ante quien únicamente merece,
indiferencias y olvido.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario