Vuelvo siempre a nuestra playa. Vuelvo para escuchar de nuevo las risas en los juegos de los niños, para percibir el olor a salitre y a pieles bañadas de coco en días de sol, como el de hoy. Vuelvo a la playa de los paseos por una orilla sin fin, la que pone música a las olas y arte en cada huella sobre la arena. Vuelvo allí para sentirte en cada risa, cada piel, cada rayo de sol, cada huella, cada nota que el mar me regala. Todo te devuelve a mí.
Te busco allí porque mis ojos se han cansado de no verte y mis labios de extrañarte.
Te busco allí porque mis ojos se han cansado de no verte y mis labios de extrañarte.
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