jueves, 14 de mayo de 2015

El milagro de la lluvia.



     Me despertó el sonoro golpear de la lluvia sobre las planchas del patio. Asomada al ventanal del salón la veía caer. Siempre me transmitió una sensación de paz ese lento correr del agua sobre los cristales, dejando limpias las paredes, las calles, los paraguas de los solitarios caminantes. Pensé que si salía fuera y dejaba que esa lluvia me empapara se produciría el milagro y llegaría hasta mi corazón dejándolo  tan limpio como las paredes, las calles o los paraguas. Lo limpiaría de todos aquellos sentimientos caducos y trasnochados que no quería mantener allí por más tiempo...
        Y llegó, atronador, el sonido de los primeros truenos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario