domingo, 12 de abril de 2015

La decisión.

    
    María era la secretaria ideal. Trabajaba en el estudio de ingeniería con más clientes y proyectos repartidos por la ciudad, en plena vorágine del "boom inmobiliario". Su eficacia y su buen hacer habían conquistado no solo a sus jefes, sino a todo el equipo de Benítez y Asociados. Aprendió con mucho esfuerzo y algún que otro tropiezo, a desenvolverse con naturalidad en un mundo de hombres, pero en el que fue haciéndose su hueco hasta volverse casi imprescindible. Su sonrisa y su carácter dulce tuvieron mucho que ver en ello.
    Por esa época  María preparaba su boda por todo lo alto y " como Dios manda ", con su novio de siempre. Después de tantos años juntos era lo que tocaba, sin embargo no había en ella ningún tipo de ilusión. Solo se dejaba llevar por la inercia de lo que debía ser y todos esperaban. Y entonces llegó él.
   Marcos trabajaba aún en el proyecto de fin de carrera y sus brillantes ideas le habían abierto las puertas del estudio. Desde que la vió el primer día, rodeada de papeles, no había podido sacarla de su cabeza. La presentía como una mujer fuerte y a la vez frágil, la deseaba, la quiso para él desde la primera mirada. Ella sentía lo mismo aunque se negó a reconocerlo. Por eso, intentaba evitar su presencia, la malicia de sus ojos, sus palabras cálidas. Hasta que aquella tarde que les dejaron solos se rindió, agotadas ya sus fuerzas, a la evidencia del temblor de su cuerpo y a la pasión, casi adolescente, que la superaba. Nunca antes su risa había sonado de aquella forma, nunca se había sentido tan viva, tan especial y al mismo tiempo tan insegura y temerosa.
    El remordimiento, la vergüenza y el insomnio aparecieron y camparon a sus anchas. La visitaban los fantasmas de su infancia, llena de los sermones puritanos de las misas del colegio cada primer viernes de mes. No había respuesta para ninguna de las preguntas con las que la atormentaban.
    Una semana bastó para tomar la decisión y darlo todo por terminado. Marcos intentó hacerla recapacitar pero ella se mostró inflexible. Las dudas, la angustia y la cobardía pudieron más que aquel deseo que apenas dejó brotar. Desde ese momento empezaron a evitarse e intentaron olvidar.
     Después de la boda dejó el estudio. A su marido le disgustaba tanta presencia masculina alrededor de su recién estrenada mujercita.
     No volvió a saber de Marcos pero, más a menudo de lo que muchas veces quiso, la invadía el calor de su recuerdo. Vivió por años ocultando a todos la verdad de su vida y la de su corazón. 
    Hoy, a la puerta de la sala tercera del juzgado de violencia de género, espera a su abogado y sigue recordando a quien, sin él saberlo, le dio la fuerza en los peores momentos, a quien pudo ser el amor de su vida y no fue, a quien pudo regalarle una existencia no tan cruel ...Y en la antesala de otro final tan necesario como aquel con el que años atrás zanjó de golpe su felicidad, María desea con más fuerza que nunca, poder dar marcha atrás al reloj y desandar el camino . Sabe que no es posible pero también  sabe que saldrá adelante. Le bastan su ilusión y sus ganas de vivir sin miedo. Sola, pero esta vez sí, como Dios manda.

1 comentario:

  1. Ummmmm me has dejado con la miel en los labios. Perfecto comienzo para animarte a seguir con el relato, podrías encribir un libro con él. Me quedo por aquí para no perderme nada y te espero en el mío. Besitos paisana.

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