miércoles, 1 de abril de 2015

Gente gris.




Pasan cada día ante mis ojos.
Los veo caminar sin norte

sin energía
sin vida.
De otros seres han aprendido a respirar
a ver el tiempo pasar
desde el escaparate de la mediocridad.
Gente gris
que se mueve casi sin rozar el suelo
la que habla desde el silencio
de un alma cuerda
inerte y fría, 
que no deja cicatrices, huellas ni olvido.
Que me llamen loca quiero
que me erice la piel el sentimiento
que me remueva el viento
que la luvia me empape y las lágrimas me rompan.
Cualquier cosa antes de 
convertirme
en fantasma de mi propia vida
de someterme a vivirla como ellos
que ya están entre los muertos
aún sin saberlo.

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